Caminar es un evento natural dentro del desarrollo infantil que se obtiene entre los 9 -18 meses de acuerdo al ritmo madurativo del niño. Intentar forzar este evento con el uso de aparatos como los andadores no solo no ayuda, sino que además expone al bebé a riesgos potenciales de caídas graves que afectarían su desarrollo
El andador, andadera o tacataca, es un instrumento utilizado ampliamente por padres y cuidadores de diversos países, quienes piensan que sus hijos caminarán más rápido o se encontraran más seguros con el uso de estos aparatos.
Pero lejos de beneficiarlos, el uso de andadores multiplica por cuatro el riesgo de caída especialmente por una escalera y duplican el riesgo de fractura por caída por la misma; además, adelantan la edad de una caída por una escalera de los doce a los ocho meses 1
El motivo es no respeta el ritmo de crecimiento natural del niño, aumenta la movilidad cuando todavía no coordina adecuadamente sus movimientos espontáneos, y le otorga velocidad al desplazarse y mayor altura, habilidades que le niño todavía no controla y aumentan el riesgo de caídas.
Diferentes grupos de expertos en prevención de lesiones a nivel mundial desaconsejan su uso porque implica un aumento de peligro de lesión por caídas, mayor riesgo de intoxicaciones, de golpes con objetos derribados por el niño, de quemaduras, e incluso de ahogamiento 1
El andador no enseña a caminar, por el contrario afecta la percepción del niño de su propio cuerpo pues son le permite ver sus propios pies ni percibir adecuadamente distancias, además de precisar que apoye su cuerpo en el aparato. Tampoco le permite tocar y jugar los objetos que consigue en el suelo
Recomendaciones finales
El andador lejos de ayudar retrasa la adquisición del patrón adecuado de la marcha y aumenta el riesgo de traumatismo por caída por lo cual desaconsejo su uso
¡Feliz Crianza!