La introducción precoz de alimentos y el exceso de proteínas de nuestra dieta actual, aumenta el riesgo de obesidad en nuestros niños. Aprender a introducir los alimentos de forma adecuada y en las proporciones precisas te permite programar la salud de hijo a mediano y largo plazo.
En nuestra sociedad actual obsesionada por el consumo de proteínas, hemos pecado de exceso al considerar que “es mejor que sobre a que falte”. Este pensamiento popular debe ser erradicado al momento de tomar decisiones sobre la nutrición de nuestro bebé.
Una ingesta de proteínas de más del 15% de la energía total entre los seis y veinticuatro meses de edad puede conducir en algunos sujetos a fenómenos de reboteadiposo temprano, favoreciendo así el desarrollo de obesidad futura. Por lo tanto, tendrán que pasar varios años hasta que podamos evidenciar las consecuencias de este exceso de proteínas.
Aprender a escoger la cantidad adecuada de proteínas en la dieta de nuestro bebé nos ayudará a evitar este exceso y proteger su salud. Os dejo las necesidades del niño de acuerdo a su edad:
Otros aspectos demostrados por la evidencia científica actual en relación al riesgo de obesidad en niños son:
- Los zumos de fruta, los jugos de vegetales y bebidas azucaradas no ofrecen beneficio nutricional alguno, aumentan la ingesta calórica total y pudieran marcar la apetencia por el sabor dulce.
- El consumo temprano de sal podría dar lugar a una preferencia por los sabores salados, con la consiguiente ingesta persistente de sal también en las siguientes edades, lo que se ha relacionado con niveles mayores de presión arterial especialmente en niños predispuestos genéticamente.
Podemos concluir entonces que, ingerir las cantidades adecuadas de proteínas y evitar el consumo de sal y azúcar durante el primer año de vida favorece la prevención de obesidad en niños, aspecto que debemos cuidados especialmente durante los primeros 3 años de vida por su impacto en la salud futura del bebé.
Recomendaciones finales:
- Evitar la introducción temprana antes de los 4 meses de cualquier alimento aparte de la leche que ingiere el bebé
- Moderar la ración proteica (especialmente la que se ofrece en forma de proteína de alto valor biológico, carne y/o pescado), de acuerdo a la edad y el peso del bebé
- Hasta después de los dos años de edad no debería añadirse ni azúcar ni sal a la comida del niño.